En 1949, a la edad de 17 años, Arsênio Ferreira da Veiga llegó al puerto de Río de Janeiro, procedente de un pueblo del norte de Portugal. Huía de las persecuciones políticas de la dictadura de Salazar y del servicio militar obligatorio en las colonias portuguesas.

Establecido en la capital de Río de Janeiro, Arsênio trabajó como vendedor ambulante, conductor de autobús, convirtiéndose finalmente en el propietario de una empresa de autobuses. En 1963, decidió abandonar el sector del transporte y compró Pedreira Santa Luzia, ubicada en el suburbio de Água Santa. Esta empresa se especializó en el procesamiento de granito y piedra triturada.

Con un agudo sentido comercial, emprendimiento dedicado y una actitud solidaria hacia los empleados y clientes, en las décadas siguientes, Arsênio fue testigo del crecimiento de su empresa, que pasó a llamarse Materiais de Construção Santa Luzia. Se convirtió en un jugador importante en el mercado de agregados de piedra en Río de Janeiro.

En 1997, con la inauguración de la Línea Amarilla, Arsênio decidió invertir en el sector de la construcción. Fundó Nova Santa Luzia Engenharia (ahora Santa Luzia Engenharia e Construções), centrándose en proyectos de construcción públicos y privados en el estado de Río de Janeiro.

A partir de 1999, después de completar importantes proyectos de infraestructura en Río de Janeiro, como la construcción del Puerto de Itaguaí y el Arco Metropolitano, y la expansión de la Carretera Río-Santos, Arsênio reconoció nuevas oportunidades en el sector minero. En respuesta, reubicó sus empresas en un área de 10 millones de metros cuadrados en el municipio de Itaguaí, donde pudo posicionar estratégicamente sus negocios. También cambió el nombre de su empresa de agregados de piedra a Mineração Santa Luzia.

En los años siguientes, con el objetivo de expandir el negocio y ofrecer una mayor eficiencia y precios competitivos a los clientes, invirtió en la creación de dos empresas más, una para la producción de concreto premezclado y otra para la fabricación de mortero. Así nació el Grupo Santa Luzia.

Una encarnación del espíritu emprendedor y la integridad, admirado por los empleados y respetado por proveedores y clientes, el Sr. Arsênio falleció en 2012 a la edad de 80 años, dejando buenos recuerdos entre su familia y colaboradores.

Con las cualidades de su fundador en su ADN, hoy el Grupo Santa Luzia es un holding que gestiona 12 negocios en los sectores de la construcción y la infraestructura. Continúa creciendo, enfrentando desafíos, generando empleo y contribuyendo a la modernización de las regiones donde opera.